Celebrando las fiestas con agradecimiento y alegría
Por Damian Goldvarg
El fin de año es una época de evaluación y festejo. Tanto la Navidad como el 31 de Diciembre, nos recuerdan que termina un ciclo para empezar otro nuevo. Cada Año Nuevo trae nuevos sueños, nuevas ilusiones y expectativas de seguir creciendo como personas. A veces detenernos a reflexionar puede ser angustioso, cuando estamos lejos de nuestros seres queridos o hay alguien que ya no está con nosotros. Hay personas que preferirían saltearse las fiestas y no tener que lidiar con ellas. Otras se deprimen. La realidad es que las fiestas no son buenas ni malas, son solamente lo que nosotros decidamos hacer con ellas. Así como podemos recibir a las fiestas como un recordatorio del paso del tiempo, de lo efímera que es nuestra vida y de lo rápido que sucede, también puede ser un momento de celebración y valoración de todo lo que tenemos en nuestra vida. Seguramente nuestra vida no es perfecta. Hay áreas en las que podríamos ser más efectivos. Podríamos tener un mejor trabajo, o trabajo (hay muchas personas desempleadas), más dinero, más salud, más amigos, más de cualquier cosa o menos de otras, como por ejemplo, hábitos pocos saludables, perder peso, etc. Pero aunque la vida no sea perfecta, todos tenemos algo por lo que estar agradecidos. Para empezar, estar vivos. Eso es suficiente razón para celebrar! Cuando damos la vida por sentada nos olvidamos de disfrutar las pequeñas cosas que pueden hacernos felices. Si tienes tu salud y no tienes ningún dolor, esa es una razón excelente para celebrar! Cuantas personas les gustaría poder celebrar eso! Si tienes familia o amigos que te quieren y valoran, eres muy afortunado. ¿Les haces saber con frecuencia cuán importantes son para ti? ¿Te mantienes en contacto frecuente con tus padres y hermanos?
Si no lo haces, no es tarde. ¿Tienes tu salud, tienes familia y amigos? Despierta y date cuenta de lo afortunado que eres! ¿Te falta trabajo pero tienes un techo y alimentos? Entonces piensa en positivo y ponte las pilas para asegurarte que en este nuevo año vas a encontrar trabajo. ¿No tienes dinero para hacer los regalos de Navidad que te gustaría? No te endeudes y usa tu creatividad. Prepara algo hecho con tus propias manos. Usa tus talentos para hacer manualidades o escribir algo bonito a las personas que quieres. También puedes hacer un regalo simbólico como ser: cocinar algo rico o dar un masaje. Siempre hay algo que podemos hacer, aún cuándo creemos que no tenemos opciones. Las fiestas son una buena oportunidad para reflexionar sobre logros y fracasos del año, para hacer un balance de todas las cosas que hemos hecho y aprendido. Es una buena oportunidad para celebrar. La mayoría de la gente no es muy buena para celebrar. No lo consideran importante. Pero celebrar es muy importante porque nos recuerda que todo lo que hacemos merece un reconocimiento de nosotros mismos. Si otros lo valoran, mejor todavía pero no podemos estar esperando por el reconocimiento de los otros. Te invito a que reflexiones sobre tu vida y decidas cuáles son las razones por la que debes celebrar. Cuándo llegue fin de año, recíbelo bailando, cantando, con alegría y junto a tu seres queridos. O celébralo de otra manera que te de paz interior y que sea significativa para ti. Recuerda que todos tenemos muchas cosas que celebrar y si llegan pensamientos negativos, tristes o angustiosos, recuerda todo por lo cual estás agradecido y todo lo que tienes y funciona en tu vida. Esa perspectiva te permitirá celebrar las fiestas y empezar el nuevo año con energía, entusiasmo y agradecimiento que es un muy buen lugar desde donde vivir nuestra vida. Que tengas unas muy bonitas celebraciones en estas fiestas!
Thursday, December 4, 2008
Los Cuatro Acuerdos
Los Cuatro Acuerdos
Comentarios sobre el libro de Miguel Ruiz
Por Damian Goldvarg
Hace varios años, leí el libro Los Cuatro Acuerdos y me gustó mucho el mensaje que propone el autor. Quiero compartirlos con ustedes porque son fáciles de entender y practicar en nuestra vida. Están también muy alineados con las enseñazas de Diseñando Tu Vida, el taller de crecimiento personal que facilitamos con Patricia Osorio. Les recomiendo que consigan el libro y lo lean porque les va a permitir entender mejor y explorar con mayor profundidad las ideas presentadas. Estos son los cuatro acuerdos que el autor recopiló de la sabiduría tolteca para alcanzar una vida con mayor bienestar y paz interior:
Se impecable con tus palabras: quiere decir que necesitamos hablar con integridad. Asegúrate de que vas a poder cumplir todas tus promesas. Si no estás seguro que vas a poder hacer algo, no te comprometas. Cada vez que no haces lo que dices que vas a hacer estás actuando sin integridad. Eso no es bueno o malo pero tiene consecuencias. La gente deja de tenerte confianza y sabe que vas a llegar tarde o que no vas a hacer lo que te comprometiste, o que tu palabra no tiene ningún peso. Cuando trabajo con supervisores sin experiencia, muchas veces tienen buenas intenciones pero prometen cosas que no pueden cumplir y como resultado pierden credibilidad con su gente. Ser impecable con tus palabras también significa pensar antes de hablar. Vivimos nuestras vidas sin prestar mucha atención a lo que nos decimos a nosotros mimos y lo que le decimos a los demás. Es importante ser cuidadosos en las dos áreas. Tratarnos a nosotros mismos con cariño y no dejar que nuestra voz interna nos haga sentir desvalorizados. Cuándo hablamos con los demás elegir las palabras cuidadosamente. A veces es mejor callar que decir cosas que pueden herir a los otros. Te invito a que seas más cuidadoso con tus palabras, con todo lo que sale de tu boca. Si prestas atención te darás cuenta que creas tu realidad con lo que dices. Enfoca tus comentarios a traer cosas positivas para tu vida y la de los demás y verás los resultados.
No tomes nada personalmente: significa no creer que todo lo que te dicen realmente es para ti. Muchas veces la gente proyecta, es decir que te pueden atribuir cosas a ti que pertenecen a su pasado. Si tuvieron malas experiencias negativas con parejas anteriores quizás te traten como trataban a esa persona aunque tú lo merezcas. Lo que los demás dicen y hacen tiene que ver más con su propia realidad que contigo. Al darte cuenta de esto puedes prevenir que las palabras de otros te afecten negativamente. No significa dejarse abusar. De ninguna manera. A veces es necesario tomar distancia de personas agresivas o violentas. Pero cuando no tomas las cosas personalmente, podemos darnos cuenta que en realidad no somos los recipientes a los que van dirigido esos mensajes negativos y no permitir que nos afecten de manera negativa. Cuando seas inmune a las opiniones y actos de los demás, dejarás de ser la víctima de un sufrimiento innecesario.
No hagas suposiciones: somos máquinas de dar sentido a las cosas y creemos que ese sentido que le estamos dando a nuestras experiencias es la verdad. Tenemos una seguridad tan grande que no nos damos cuenta que el significado que le damos a algo es solo una posibilidad. Hay otros posibles significados y no sabemos la intención de los otros hasta que les preguntamos. No hacer suposiciones significa detenernos y preguntar a los otros por sus objetivos.¿Qué intentabas hacer cuándo me dijiste este comentario o tomaste esa acción? Saltar a conclusiones es uno de los motivos por los cuales las personas tienen peleas innecesarias y la fuente de mucho sufrimiento.
Haz siempre lo mejor que puedas: en toda situación enfócate en poner lo mejor de ti mismo. Trabajando con gerentes siempre les pregunto si al final del día han hecho lo mejor que pudieron o todavía podrían haber hecho otra cosa. A veces somos un poco holgazanes y no ponemos todo de nosotros. El resultado puede ser relaciones que no funcionan o trabajos en los cuales nuestros clientes se quedan descontentos. Hacer lo mejor que podemos nos da la tranquilidad que aún cuando no conseguimos nuestras metas, sabemos que hemos puesto todo de nosotros para alcanzarlas.
Te invito a que reflexiones sobre estos acuerdos y decidas trabajar por lo menos en uno este próximo mes. Si te interesa seguir creciendo personal y profesionalmente no te pierdas el programa Diseñando Tu Vida el próximo 22 y 23 de Noviembre.
Comentarios sobre el libro de Miguel Ruiz
Por Damian Goldvarg
Hace varios años, leí el libro Los Cuatro Acuerdos y me gustó mucho el mensaje que propone el autor. Quiero compartirlos con ustedes porque son fáciles de entender y practicar en nuestra vida. Están también muy alineados con las enseñazas de Diseñando Tu Vida, el taller de crecimiento personal que facilitamos con Patricia Osorio. Les recomiendo que consigan el libro y lo lean porque les va a permitir entender mejor y explorar con mayor profundidad las ideas presentadas. Estos son los cuatro acuerdos que el autor recopiló de la sabiduría tolteca para alcanzar una vida con mayor bienestar y paz interior:
Se impecable con tus palabras: quiere decir que necesitamos hablar con integridad. Asegúrate de que vas a poder cumplir todas tus promesas. Si no estás seguro que vas a poder hacer algo, no te comprometas. Cada vez que no haces lo que dices que vas a hacer estás actuando sin integridad. Eso no es bueno o malo pero tiene consecuencias. La gente deja de tenerte confianza y sabe que vas a llegar tarde o que no vas a hacer lo que te comprometiste, o que tu palabra no tiene ningún peso. Cuando trabajo con supervisores sin experiencia, muchas veces tienen buenas intenciones pero prometen cosas que no pueden cumplir y como resultado pierden credibilidad con su gente. Ser impecable con tus palabras también significa pensar antes de hablar. Vivimos nuestras vidas sin prestar mucha atención a lo que nos decimos a nosotros mimos y lo que le decimos a los demás. Es importante ser cuidadosos en las dos áreas. Tratarnos a nosotros mismos con cariño y no dejar que nuestra voz interna nos haga sentir desvalorizados. Cuándo hablamos con los demás elegir las palabras cuidadosamente. A veces es mejor callar que decir cosas que pueden herir a los otros. Te invito a que seas más cuidadoso con tus palabras, con todo lo que sale de tu boca. Si prestas atención te darás cuenta que creas tu realidad con lo que dices. Enfoca tus comentarios a traer cosas positivas para tu vida y la de los demás y verás los resultados.
No tomes nada personalmente: significa no creer que todo lo que te dicen realmente es para ti. Muchas veces la gente proyecta, es decir que te pueden atribuir cosas a ti que pertenecen a su pasado. Si tuvieron malas experiencias negativas con parejas anteriores quizás te traten como trataban a esa persona aunque tú lo merezcas. Lo que los demás dicen y hacen tiene que ver más con su propia realidad que contigo. Al darte cuenta de esto puedes prevenir que las palabras de otros te afecten negativamente. No significa dejarse abusar. De ninguna manera. A veces es necesario tomar distancia de personas agresivas o violentas. Pero cuando no tomas las cosas personalmente, podemos darnos cuenta que en realidad no somos los recipientes a los que van dirigido esos mensajes negativos y no permitir que nos afecten de manera negativa. Cuando seas inmune a las opiniones y actos de los demás, dejarás de ser la víctima de un sufrimiento innecesario.
No hagas suposiciones: somos máquinas de dar sentido a las cosas y creemos que ese sentido que le estamos dando a nuestras experiencias es la verdad. Tenemos una seguridad tan grande que no nos damos cuenta que el significado que le damos a algo es solo una posibilidad. Hay otros posibles significados y no sabemos la intención de los otros hasta que les preguntamos. No hacer suposiciones significa detenernos y preguntar a los otros por sus objetivos.¿Qué intentabas hacer cuándo me dijiste este comentario o tomaste esa acción? Saltar a conclusiones es uno de los motivos por los cuales las personas tienen peleas innecesarias y la fuente de mucho sufrimiento.
Haz siempre lo mejor que puedas: en toda situación enfócate en poner lo mejor de ti mismo. Trabajando con gerentes siempre les pregunto si al final del día han hecho lo mejor que pudieron o todavía podrían haber hecho otra cosa. A veces somos un poco holgazanes y no ponemos todo de nosotros. El resultado puede ser relaciones que no funcionan o trabajos en los cuales nuestros clientes se quedan descontentos. Hacer lo mejor que podemos nos da la tranquilidad que aún cuando no conseguimos nuestras metas, sabemos que hemos puesto todo de nosotros para alcanzarlas.
Te invito a que reflexiones sobre estos acuerdos y decidas trabajar por lo menos en uno este próximo mes. Si te interesa seguir creciendo personal y profesionalmente no te pierdas el programa Diseñando Tu Vida el próximo 22 y 23 de Noviembre.
Saturday, November 29, 2008
Viviendo en el Presente
Viviendo en el Presente
Por Damian Goldvarg, Ph.D.
Estamos tan ocupados, corriendo todo el día, que no nos detenemos a disfrutar del presente. Nuestra vida transcurre frente a nuestros ojos como una película de la cual nosotros a veces somos más espectadores que protagonistas, más actores que directores. Vivimos preocupados por el pasado, por lo que ya pasó, lo que no podemos cambiar y lo que nos enoja, molesta, angustia y eso nos da excusas para hacer o no hacer cosas hoy. O vivimos pensando en el futuro, lo que va a venir y cuán felices vamos a ser cuando perdamos peso, tengamos un mejor trabajo o un mejor jefe, un auto más bonito, una casa propia o una casa más grande, una pareja, o cualquier cosa que querramos para nuestro futuro. O nos preocupa que no podamos hacer algo que tenemos que hacer, pagar una deuda, enfermarnos, perder una relación. Y nos olvidamos del presente. De lo que nos está pasando hoy. Vivir en el presente requiere detenernos y reflexionar. ¿Qué estamos sintiendo, pensando, experimentando? Requiere prestar atención alrededor nuestro y estar agradecidos por todo lo que tenemos en nuestra vida. Requiere prestar atención cuando comemos y disfrutar la comida en vez de engullirla. Prestar atención es una de las claves para vivir en el presente. Prestar atención a nuestros cuerpos cuando estamos haciendo el amor.
En vez de estar pensando lo que tenemos que hacer más tarde, enfocarnos en los sentidos, en el tacto. Prestar atención a la gente que nos ama cuando se acercan a hablar con nosotros. A callar nuestra voz interna para estar realmente atento a lo que los demás tienen que decir, sin interrumpir o tratar de convencer a los otros, pensando que siempre tenemos la razón o que tenemos algo importante que decir. Vivir en el presente requiere estar dispuesto a dar esa atención a los otros. Vivir en el presente significa detenernos y apagar el “automático”. Los pensamientos que siempre tenemos sobre las cosas que nos hacen ver la realidad de una determinada manera sin darnos oportunidades para ver nuevas posibilidades. Llamamos “automático” a esos pensamientos que a veces nos controlan y que hacen que vivamos nuestra vida casi como robots, ocupados, muy ocupados desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir esperando que llegue el fin de semana o las vacaciones. Y cuando llega el fin de semana o las vacaciones no nos podemos relajar. Nuestro “automático” sigue funcionando y nuestros pensamientos se enfocan en cómo estará todo en el trabajo o que pasará cuando volvamos. Apagar el “automático” requiere detener conscientemente esos pensamientos que nos controlan, respirar hondo, y mirar alrededor nuestro para darnos cuenta de lo maravilloso que es estar vivos.
Hay varias maneras de estar presente. Una es meditando. Cuando meditamos tratamos de detener nuestros pensamientos y enfocarnos en nuestra respiración. Nuestro cuerpo puede ser un aliado muy grande en ayudarnos a estar presentes. Por ejemplo cuando bailamos o hacemos ejercicio físico si ponemos nuestra atención en la música y no en nuestros pensamientos, podemos estar presentes ya que no es fácil prestar atención a nuestro cuerpo, la música y los pensamientos todo al mismo tiempo.
A veces estar presentes requiere que no hagamos nada. Hacer nada. Parece que es un concepto muy difícil de entender para mucha gente. Es una pérdida de tiempo! Es que a veces cuando enfocamos nuestra atención en el presente en ese momento sentimos que no estamos haciendo nada “productivo” (en el sentido de hacer algo práctico, valioso para los otros). Solo disfrutando del presente. Por ejemplo si estoy en la playa y me tiro a descansar, no hago nada, solo sentir el viento en mi cuerpo, el calor del sol y el ruido de las olas. Si estoy caminando en la naturaleza, me detengo un minuto a escuchar el ruido de los pájaros, y observar el color de las plantas y no hago nada solo estar presente a mi experiencia. Te invito a que estés más presente en tu vida, que estés más presente a lo que estás haciendo pero sobre todo a la gente que te ama.
Por Damian Goldvarg, Ph.D.
Estamos tan ocupados, corriendo todo el día, que no nos detenemos a disfrutar del presente. Nuestra vida transcurre frente a nuestros ojos como una película de la cual nosotros a veces somos más espectadores que protagonistas, más actores que directores. Vivimos preocupados por el pasado, por lo que ya pasó, lo que no podemos cambiar y lo que nos enoja, molesta, angustia y eso nos da excusas para hacer o no hacer cosas hoy. O vivimos pensando en el futuro, lo que va a venir y cuán felices vamos a ser cuando perdamos peso, tengamos un mejor trabajo o un mejor jefe, un auto más bonito, una casa propia o una casa más grande, una pareja, o cualquier cosa que querramos para nuestro futuro. O nos preocupa que no podamos hacer algo que tenemos que hacer, pagar una deuda, enfermarnos, perder una relación. Y nos olvidamos del presente. De lo que nos está pasando hoy. Vivir en el presente requiere detenernos y reflexionar. ¿Qué estamos sintiendo, pensando, experimentando? Requiere prestar atención alrededor nuestro y estar agradecidos por todo lo que tenemos en nuestra vida. Requiere prestar atención cuando comemos y disfrutar la comida en vez de engullirla. Prestar atención es una de las claves para vivir en el presente. Prestar atención a nuestros cuerpos cuando estamos haciendo el amor.
En vez de estar pensando lo que tenemos que hacer más tarde, enfocarnos en los sentidos, en el tacto. Prestar atención a la gente que nos ama cuando se acercan a hablar con nosotros. A callar nuestra voz interna para estar realmente atento a lo que los demás tienen que decir, sin interrumpir o tratar de convencer a los otros, pensando que siempre tenemos la razón o que tenemos algo importante que decir. Vivir en el presente requiere estar dispuesto a dar esa atención a los otros. Vivir en el presente significa detenernos y apagar el “automático”. Los pensamientos que siempre tenemos sobre las cosas que nos hacen ver la realidad de una determinada manera sin darnos oportunidades para ver nuevas posibilidades. Llamamos “automático” a esos pensamientos que a veces nos controlan y que hacen que vivamos nuestra vida casi como robots, ocupados, muy ocupados desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir esperando que llegue el fin de semana o las vacaciones. Y cuando llega el fin de semana o las vacaciones no nos podemos relajar. Nuestro “automático” sigue funcionando y nuestros pensamientos se enfocan en cómo estará todo en el trabajo o que pasará cuando volvamos. Apagar el “automático” requiere detener conscientemente esos pensamientos que nos controlan, respirar hondo, y mirar alrededor nuestro para darnos cuenta de lo maravilloso que es estar vivos.
Hay varias maneras de estar presente. Una es meditando. Cuando meditamos tratamos de detener nuestros pensamientos y enfocarnos en nuestra respiración. Nuestro cuerpo puede ser un aliado muy grande en ayudarnos a estar presentes. Por ejemplo cuando bailamos o hacemos ejercicio físico si ponemos nuestra atención en la música y no en nuestros pensamientos, podemos estar presentes ya que no es fácil prestar atención a nuestro cuerpo, la música y los pensamientos todo al mismo tiempo.
A veces estar presentes requiere que no hagamos nada. Hacer nada. Parece que es un concepto muy difícil de entender para mucha gente. Es una pérdida de tiempo! Es que a veces cuando enfocamos nuestra atención en el presente en ese momento sentimos que no estamos haciendo nada “productivo” (en el sentido de hacer algo práctico, valioso para los otros). Solo disfrutando del presente. Por ejemplo si estoy en la playa y me tiro a descansar, no hago nada, solo sentir el viento en mi cuerpo, el calor del sol y el ruido de las olas. Si estoy caminando en la naturaleza, me detengo un minuto a escuchar el ruido de los pájaros, y observar el color de las plantas y no hago nada solo estar presente a mi experiencia. Te invito a que estés más presente en tu vida, que estés más presente a lo que estás haciendo pero sobre todo a la gente que te ama.
Transformación Personal
Transformación Personal
Por Damian Goldvarg, Ph.D.
En los últimos años me he enfocado en trabajar para la transformación personal con el objetivo de que nuestro mundo sea un mejor lugar para vivir para todos. Como “coach, orientador, o guía, he asistido a personas a alcanzar sus objetivos tanto materiales como emocionales y espirituales. Lo que me gustaría compartir con ustedes en esta oportunidad, es la siguiente observación: aunque los logros materiales son importantes, y muchas veces la razón principal por la cual mis clientes pidieron mis servicios, los logros emocionales y espirituales han tenido una influencia aún mayor en sus vidas. Es decir, que aunque el resultado de una buena planificación, disciplina y trabajo duro permitió a mis clientes alcanzar sus objetivos laborales y económicos, los logros emocionales y espirituales han tenido una repercusión mayor porque le han permitido alcanzar, un mayor grado de: satisfacción en sus vidas, bienestar general completud y paz interior.
EL proceso de transformación de mis clientes lo he podido observar a nivel material, a través de los siguientes parámetros: aclarando objetivos laborales y actividades necesarias para lograrlos, consiguiendo nuevos trabajos, aumentando sus negocios y clientes, bajando de peso, participando en diferentes redes laborales, aumentando sus ingresos. Pero a nivel emocional-espiritual es dónde he visto una transformación más impactante. Como resultado de la misma, he observado un mayor equilibrio, sabiduría y gratitud hacia la vida.
La llave en este proceso de transformación es “estar listos”. Pero…¿Cómo sabemos si estamos listos? ¿Qué debemos hacer para estar listos?
Primero tenemos que estar interesados en nuestro futuro, decidir que puede ser diferente del pasado y especialmente estar abiertos a nuevas posibilidades. Dejar el pasado en el pasado. Las personas que son negativas y que no creen en un futuro mejor, que están ancladas en su situación actual y que viven en estado permanente de resignación, no están listas para transformarse. Es necesario que exista una puerta para que la transformación entre en nuestras vidas.
Hay personas que tienen que pasar por situaciones extremas para abrir esa puerta. Si tú estas leyendo este artículo es porque probablemente ya estés listo para abrir la puerta o ya lo has hecho en el pasado. Cuando abres esa puerta y estás comprometido a trabajar para transformarte, aumentar tu nivel de conciencia y alcanzar una mayor satisfacción en tu vida, tienes muchas posibilidades de lograrlo porque;
1) estás dispuesto a trabajar en eso;
2) tienes un objetivo que te enfoca en lo que realmente quieres;
3) te mantienes “consciente” o pendiente de encontrar oportunidades para alcanzar ese objetivo.
Lo que da satisfacción a cada persona es algo diferente por eso es clave que determines que es lo que te produce satisfacción en tu vida, qué es importante para tí tanto a nivel físico y material como a nivel mental, emocional, espiritual. Quizás ya tengas un muy buen nivel de satisfacción pero en vez de enfocarte en eso, tus pensamientos se dirigen a lo que te falta, a lo que no tienes y como resultado te sientes deprimido y desganado. Valorar lo que tenemos es muy importante en el proceso porque si no valoramos lo que tenemos, tampoco vamos a valorar lo que logremos.
En el proceso de transformación personal nuestros pensamientos son las herramientas de trabajo. Nuestros propios pensamientos nos van a ayudar o a hundir. Para tener a nuestros pensamientos como aliados debemos recordar que somos máquinas de juzgar y dar significado a todo lo que nos pasa. Lo que pasa es lo que pasa y no la interpretación que le estamos dando. La interpretación nos pertenece a nosotros. No a lo que pasó. Por ejemplo, si alguien llega tarde a una cita, nosotros podemos interpretar que llegó tarde porque no planificó bien su tiempo, porque su tiempo es más importante que el nuestro, porque no somos importantes para esa persona, etc. Pero todas estas son nuestras interpretaciones y explicaciones de la realidad. Lo que pasó es lo que pasó y el sentido que tiene solo lo sabremos cuándo nos digan porqué han llegado tarde. El problema es que en nuestras vidas nos pasamos “asumiendo” que la otra persona hizo o dijo algo por alguna razón que nosotros le damos y creemos que pertenece a lo que pasó, sin darnos cuenta que la interpretación o explicación nos pertenece a nosotros. El poder distinguir entre lo que pasó y la interpretación es una de las herramientas más importantes en el proceso de transformación personal porque nos da libertad para elegir nuestras interpretaciones y nos recuerda que son interpretaciones posibles y no la realidad.
Podemos decir que las personas que han pasado por un proceso de transformación están más “presentes” o tienen un mayor nivel de consciencia sobre como crean su realidad, cómo eligen sus interpretaciones, cómo se relacionan consigo mismas y con los otros desde un lugar de compasión y respeto, y están dispuestas a seguir aprendiendo y creciendo en sus vidas. Siguen buscando oportunidades para aprender tanto de las experiencias positivas como negativas y algo muy importante: la prueba de que ha habido una transformación es que enfrentamos los mismos problemas con una actitud diferente.
Por Damian Goldvarg, Ph.D.
En los últimos años me he enfocado en trabajar para la transformación personal con el objetivo de que nuestro mundo sea un mejor lugar para vivir para todos. Como “coach, orientador, o guía, he asistido a personas a alcanzar sus objetivos tanto materiales como emocionales y espirituales. Lo que me gustaría compartir con ustedes en esta oportunidad, es la siguiente observación: aunque los logros materiales son importantes, y muchas veces la razón principal por la cual mis clientes pidieron mis servicios, los logros emocionales y espirituales han tenido una influencia aún mayor en sus vidas. Es decir, que aunque el resultado de una buena planificación, disciplina y trabajo duro permitió a mis clientes alcanzar sus objetivos laborales y económicos, los logros emocionales y espirituales han tenido una repercusión mayor porque le han permitido alcanzar, un mayor grado de: satisfacción en sus vidas, bienestar general completud y paz interior.
EL proceso de transformación de mis clientes lo he podido observar a nivel material, a través de los siguientes parámetros: aclarando objetivos laborales y actividades necesarias para lograrlos, consiguiendo nuevos trabajos, aumentando sus negocios y clientes, bajando de peso, participando en diferentes redes laborales, aumentando sus ingresos. Pero a nivel emocional-espiritual es dónde he visto una transformación más impactante. Como resultado de la misma, he observado un mayor equilibrio, sabiduría y gratitud hacia la vida.
La llave en este proceso de transformación es “estar listos”. Pero…¿Cómo sabemos si estamos listos? ¿Qué debemos hacer para estar listos?
Primero tenemos que estar interesados en nuestro futuro, decidir que puede ser diferente del pasado y especialmente estar abiertos a nuevas posibilidades. Dejar el pasado en el pasado. Las personas que son negativas y que no creen en un futuro mejor, que están ancladas en su situación actual y que viven en estado permanente de resignación, no están listas para transformarse. Es necesario que exista una puerta para que la transformación entre en nuestras vidas.
Hay personas que tienen que pasar por situaciones extremas para abrir esa puerta. Si tú estas leyendo este artículo es porque probablemente ya estés listo para abrir la puerta o ya lo has hecho en el pasado. Cuando abres esa puerta y estás comprometido a trabajar para transformarte, aumentar tu nivel de conciencia y alcanzar una mayor satisfacción en tu vida, tienes muchas posibilidades de lograrlo porque;
1) estás dispuesto a trabajar en eso;
2) tienes un objetivo que te enfoca en lo que realmente quieres;
3) te mantienes “consciente” o pendiente de encontrar oportunidades para alcanzar ese objetivo.
Lo que da satisfacción a cada persona es algo diferente por eso es clave que determines que es lo que te produce satisfacción en tu vida, qué es importante para tí tanto a nivel físico y material como a nivel mental, emocional, espiritual. Quizás ya tengas un muy buen nivel de satisfacción pero en vez de enfocarte en eso, tus pensamientos se dirigen a lo que te falta, a lo que no tienes y como resultado te sientes deprimido y desganado. Valorar lo que tenemos es muy importante en el proceso porque si no valoramos lo que tenemos, tampoco vamos a valorar lo que logremos.
En el proceso de transformación personal nuestros pensamientos son las herramientas de trabajo. Nuestros propios pensamientos nos van a ayudar o a hundir. Para tener a nuestros pensamientos como aliados debemos recordar que somos máquinas de juzgar y dar significado a todo lo que nos pasa. Lo que pasa es lo que pasa y no la interpretación que le estamos dando. La interpretación nos pertenece a nosotros. No a lo que pasó. Por ejemplo, si alguien llega tarde a una cita, nosotros podemos interpretar que llegó tarde porque no planificó bien su tiempo, porque su tiempo es más importante que el nuestro, porque no somos importantes para esa persona, etc. Pero todas estas son nuestras interpretaciones y explicaciones de la realidad. Lo que pasó es lo que pasó y el sentido que tiene solo lo sabremos cuándo nos digan porqué han llegado tarde. El problema es que en nuestras vidas nos pasamos “asumiendo” que la otra persona hizo o dijo algo por alguna razón que nosotros le damos y creemos que pertenece a lo que pasó, sin darnos cuenta que la interpretación o explicación nos pertenece a nosotros. El poder distinguir entre lo que pasó y la interpretación es una de las herramientas más importantes en el proceso de transformación personal porque nos da libertad para elegir nuestras interpretaciones y nos recuerda que son interpretaciones posibles y no la realidad.
Podemos decir que las personas que han pasado por un proceso de transformación están más “presentes” o tienen un mayor nivel de consciencia sobre como crean su realidad, cómo eligen sus interpretaciones, cómo se relacionan consigo mismas y con los otros desde un lugar de compasión y respeto, y están dispuestas a seguir aprendiendo y creciendo en sus vidas. Siguen buscando oportunidades para aprender tanto de las experiencias positivas como negativas y algo muy importante: la prueba de que ha habido una transformación es que enfrentamos los mismos problemas con una actitud diferente.
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