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Muchos de esos hábitos son resultados de nuestra historia, creencias y experiencias personales. Cuando vivimos en “automático”, como máquinas que no se detienen a reflexionar, puede ser que limitemos el mundo de posibilidades a nuestro alrededor. Pueden existir muchas cosas que son transparentes para nosotros por no reconocer que hay cosas que no conocemos, entendemos, o distinguimos. Esto puede limitarnos la posibilidad de vivir nuevas experiencias, probar actividades que nunca hemos tenido, aprender, y crecer. Voy a compartir un ejemplo personal. Este año alcancé el millón de millas viajando en avión con United. Esto es una indicación de lo mucho que he viajado en avión por trabajo a nivel internacional por los últimos doce años. Cuando me ha tocado elegir el asiento, siempre he elegido el corredor para no estar pidiendo permiso para salir y entrar de mi lugar, en particular si tomo mucha agua para hidratarme durante los vuelos.
Pero me sucedió hace poco que me tocó una ventanilla porque no quedaban más asientos en pasillos disponibles. En este caso no pude elegir. Estaba trabajando, como siempre, en mi computadora y se me ocurrió mirar para afuera por la ventana. El día era hermoso, el cielo estaba totalmente despejado y había una visibilidad excelente que me permitió admirar la belleza del paisaje desde Los Angeles volando hasta Houston. Me gustó mucho de lo que estaba observando y decidí cerrar la computadora y disfrutar del paisaje. Se me ocurre que lo que hice se relaciona con esa frase de parar para “oler las rosas”, en este caso parar el “automático” para disfrutar de un hermoso paisaje desde el avión. De repente caí en la cuenta que por doce años no había prestado mucha atención a lo que había para ver detrás de las ventana. Mi objetivo era asegurarme que utilizaba el vuelo para trabajar en mi computadora, leer un libro o dormir para recuperar energía. La posibilidad de “no hacer nada” o solamente disfrutar de la vista desde la ventana no había sido una posibilidad para mí. Quizás me tenía una creencia que eso era perder el tiempo y que tenía que ser “productivo”. Esto me hizo recapacitar sobre otros lugares en mi vida donde puede ser que viva en “automático” y no me detenga a reflexionar sobre otros posibles acciones.
Quiero invitarte a que reflexiones en tu vida y te preguntes dónde puede ser que estés viviendo de esta manera sin detenerte a preguntar si no hay posibilidades que no estás considerando. Este ejercicio es muy valioso ya que cuando nos detenemos a reflexionar sobre nuestra vida, y estamos conscientes que hay cosas que no sabemos que no sabemos, podemos alcanzar nuevos niveles de satisfacción pero sobre todo de crecimiento personal. Te deseo suerte en tu exploración!
2 comments:
Damián, lo que compartes es muy cierto. Cientos de veces me ha pasado vivir en transparencia, metido en mi propio ombligo sin darme cuenta de las maravillosas escenas que suceden mi alrededor. Recuerdo un viaje que hice hace muchos años a Chile a visitar a una novia que tenia allí. Hacia casi un año que no nos veiamos y ese seria un encuentro muy especial. Ella me esperaba en el Aeropuerto de Santiago y luego de abrazarnos durante unos minutos en la sala de espera, ella me propuso no hablarnos e ir en silencio desde el Aeropuerto hasta su casa, tan sólo disfrutando de nuestra presencia.
Hoy, 20 años después, me doy cuenta de cuan poderosa fue esa experiencia. Un gran cambio de perspectiva!
Abrazo grande
Silvio
Damian despues de leer lo que compartistes creo que es darnos permiso a hacer algo diferente con el proposito de sentir y experimentar lo mismo algo diferente!
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